Vamos a contrarreloj, no tenemos tiempo, estamos “always online and never available”.
Sin embargo deberías sacar un rato y leer “Vivir la vida con sentido” de Victor Küppers.
Perdónale un título quizás demasiado ambicioso y una portada que podría echar para atrás, porque su esencia es preciosa. Un libro es una pausa de la hiperconexión, y si lo disfrutas en papel aún más. Llegué a este “pequeño descubrimiento” gracias a un mix de situaciones casuales: una charla TED un domingo por la tarde y un amigo que justo tenía el libro de ese hombre que tanto me había gustado escuchar.
No es “lo último” ni falta que hace. En digital estamos tan acostumbrados a cambios constantes que en la carrera por captar la tendencia más novedosa existe una especie de estigma sobre quien comparte información con más de 24 horas de vida (exagero, soy una provocadora). Afortunadamente hay cuestiones que sobreviven más allá de los avances tecnológicos y temas sobre los cuales sigue teniendo mucho sentido reflexionar.
Tras años estudiando filosofía, es una especie de placer prohibido traicionar a los grandes pensadores con sus grandes egos y articulados sistemas, para leer obras que te hacen pensar sobre lo cotidiano, hablando desde la humildad y el sentido común. Pensar sirve para “poner en orden” y hacer que lo más importante sea de verdad lo más importante.
Entre muchas reflexiones, me quedaría con que “no eliges las cartas que te tocan, pero sí cómo las juegas”. Y ahí entra un concepto que quizás sea el corazón del libro: la actitud.
No es lo que te pasa sino cómo te enfrentas a ello.
Si imaginamos una fórmula para calcular el valor de las personas, sin duda empezaríamos a sumar: conocimientos, habilidades… y por último hay algo que ya no se suma: la actitud, el factor que multiplica.
Este texto es inspirador, muy fácil de entender y te recuerda cosas “obvias”, las que a menudo obviamos. Entre estas “obviedades” está el humor como una de las claves imprescindibles para que las cosas funcionen. Víctor me ha sacado más de una sonrisa a lo largo del “viaje” de la lectura, inspirándome para aplicar pequeños y grandes cambios en mi manera de ser y desde esta pequeña ventana me gustaría que vivieras la misma experiencia, para contagiarte la misma buena vibra 🙂
“Plantar entusiasmo en los demás” es un reto y oportunidad que no deberíamos dejar escapar nunca.
Este artículo se publicó en Revista Anuncios el 22/05/17 (nº 1553)