Categoría: Felicidad

  • Coaching, Soft Skills y Psicología Positiva

    Coaching, Soft Skills y Psicología Positiva

    ¿Qué tienen en común el Coaching, las Soft Skills y la Psicología Positiva?

    En mi experiencia son primos hermanos 👍🏻

    Un buen proceso de coaching desafía tus Soft Skills o habilidades blandas y te lleva a otro nivel gracias a su uso. Hacer coaching implica practicar la honestidad contigo mismo, aceptar que la situación actual no te satisface y actuar con valentía para cambiarla. Decidir contratar a un coach significa innovar, potenciar el pensamiento crítico, invertir en inteligencia emocional. Para que el coaching tenga éxito trabajarás en equipo, en tu gestión del tiempo, en la adaptabilidad. Junto a tu coach tendrás sin duda múltiples ocasiones para fortalecer tu comunicación y creatividad. Y todas estas son Soft Skills muy demandadas que sí o sí necesitas entrenar.

    Por otro lado, la Psicología Positiva respalda el Coaching de Fortalezas y sienta las bases científicas de una filosofía optimista. Frases como «yo soy así y no lo puedo evitar», «pero es que a mí me pasó esto y lo otro y por eso soy infeliz» quedan invalidadas. Estudios sobre la Felicidad avalan lo contrario: las circunstancias no lo son todo, ni siquiera tu genética vale como excusa. Las personas felices lo son sobre todo por su actitud. Puedes ser feliz, tienes poder sobre ti mismo y tu destino. Si no, no habría espacio para el cambio ni el coaching. ¿Qué sentido tendría un acompañamiento profesional hacia tu crecimiento si fuera cierto que nunca cambia nada, que todo está ya decidido para siempre? Además, la Psicología Positiva señala que una de las claves para sentirnos plenos es reconectar con lo que se nos da bien – nuestras fortalezas – y «fluir» desde ahí. Otro pilar de la felicidad comprobado es disfrutar de vínculos sociales de calidad, algo que sin un buen uso de las Soft Skills sería imposible hacer.

    En este breve vídeo sobre Coaching, Soft Skills y Psicología Positiva te cuento algo más 😉 (menos de 5 minutos).

    https://b9879637-ae24-444d-8c01-ac48f231ad44.usrfiles.com/html/db9376e69cfa487ea0fa0b912ae51a4f_v1.html

    Si estas reflexiones te han interesado, ya sabes, compártelas 😘

    ¡Gracias por leerme!

  • El proceso de cambio: las cuatro habitaciones

    El proceso de cambio: las cuatro habitaciones

    La «Teoría de las 4 habitaciones del cambio’» fue desarrollada en el año 1975 por el psicólogo sueco Claes F. Janssen y describe de manera clara las etapas principales por las que transitamos a la hora de vivir un proceso de transformación.

    ¿Conocías este modelo? Es muy sencillo a la vez que impactante. Puede aplicarse al proceso de cambio en cualquier área de nuestra vida. Además es un instrumento válido para entender el cambio a nivel individual y en equipos u organizaciones.

    Desde esta perspectiva, habitamos una casa con cuatro estancias, y pasamos de una a otra según el momento en el que nos encontremos. Se trata de un círculo virtuoso destinado a repetirse. Quedarnos «demasiado tiempo» en una de las habitaciones del cambio puede acarrearnos problemas y dificultar el paso hacia la evolución. Aun así, la agilidad con la que conseguimos movernos entre una habitación y la otra depende de cada caso, no hay una regla fija.

    Vamos a ver cuáles son las cuatro habitaciones del cambio 😁

    Modelo de 4 fases del cambio según el psicólogo Claes Janssen

    Las habitaciones del cambio, un modelo del psicólogo Claes F. Janssen

    Primera habitación del cambio: la satisfacción

    En la primera habitación del cambio encontramos la satisfacción y el bienestar. ¿Quién no desearía tenerlos para siempre? Piensa en qué ámbitos de tu existencia percibes esto. Igual estás muy contenta con tus amistades y tu relación de pareja te llena. Quizás no ocurra lo mismo con tu trabajo. La habitación de la satisfacción es el lugar donde me siento segura y cómoda. Podría visualizarlo como mi sofá mientras disfruto a solas de un libro, una terracita y unas risas en buena compañía, una cena romántica con mi pareja, una mañana de sol. Si fuera alcanzable sentirnos así en todas las áreas de nuestra vida a la vez y de manera sostenible, sería nuestro estado ideal. ¿Quién no quisiera vivir libre de preocupaciones y complicaciones, en una especie de nirvana?

    Pero ninguna de las habitaciones del cambio nos permite quedarnos ahí eternamente, con la misma distribución del espacio, los mismos objetos, las mismas personas. Las cosas cambian, las relaciones cambian, nosotros cambiamos. En definitiva, no podemos «dormirnos en los laureles». En la habitación de la satisfacción estás razonablemente bien, pero sabes que podrías hacer algo más y está en tus manos hacerlo.

    Seguramente llegaste con mucho entusiasmo y al quedarte más rato empieces a notar las imperfecciones de esa habitación. O llevas ya mucho tiempo sin tocar nada, y a pesar de no sentirte feliz, elegiste conformarte con lo que hay, porque aunque no sea exactamente una zona de confort, al menos es una zona de control: sabes cómo funciona, la conoces de pe a pa.

    Sin embargo, lo natural es movernos entre las habitaciones. La vida es cambio y nos empuja hacia adelante. Volveremos a esta habitación tras pasar por todas las demás, y será una habitación diferente, más amplia.

    🗝Llave para pasar de la primera a la segunda habitación del cambio.

    Pregúntate: ¿es suficiente con lo que tengo? ¿Puedo hacer algo más? ¿Qué me gustaría mejorar?

    Segunda habitación del cambio: la negación

    La segunda habitación de «la casa del cambio» se llama negación o resistencia.

    Adivina qué pasa en esta sala. En psicología se habla de disonancia cognitiva y apuesto a que la has experimentado más de una vez aunque no hayas usado este concepto.

    Dos fuerzas opuestas luchan dentro de ti.

    Esa primera habitación ya no es tan perfecta. Una parte empieza a rebelarse, a ver todo lo que falta. Redescubres el impulso que te mueve hacia lo que deseas, crees que sí puedes llegar a lugares distintos. «Ya basta, he tenido suficiente. Existen alternativas, quiero salir de aquí, me merezco más». Otra parte, en cambio, te mantiene enganchada a tu situación de partida. «¿Para qué vas a moverte? Tampoco estás tan mal». «Más vale malo conocido que bueno por conocer». «¡Con lo que te costó llegar hasta aquí!».

    Se genera cierta tensión o desarmonía interna en tu sistema de ideas, creencias y emociones. Tus pensamientos entran en conflicto, te contradices con tus comportamientos.

    🗝Llave para pasar de la segunda a la tercera habitación del cambio.

    Pregúntate: ¿Qué tengo que aceptar? ¿Mi vulnerabilidad? ¿Mi necesidad de ayuda?

    Tercera habitación del cambio: la confusión

    Ya sé que deseo cambiar, lo tengo claro. He hecho las paces conmigo misma y dejo de resistirme: me voy a mover. Lo que me atrapa ahora en la tercera habitación del cambio es la confusión con respecto a cómo hacerlo, hacia dónde avanzar. Es un túnel de inseguridad, insomnio…La incertidumbre me aplasta. No visualizo el camino a seguir. Sé lo que no quiero, pero ¿qué voy a hacer exactamente? Me agoto dándole vueltas al coco.

    🗝Llave para pasar de la tercera a la cuarta habitación del cambio.

    Pregúntate: ¿Qué tengo que soltar? ¿Qué necesito dejar ir? ¿Mi miedo? ¿Mi orgullo? ¿Una relación? ¿Ciertas opiniones? ¿Mi propia autocrítica?

    Cuarta habitación del cambio: la renovación

    En la cuarta habitación del cambio por fin doy mis primeros pasos hacia la dirección que he elegido. El cambio se materializa en acciones.

    Como una niña que empieza a ponerse de pie, tengo muchas ganas de explorar el territorio, y aunque sé que me caeré, no tengo miedo.

    Sé que cometeré errores, asumo que son parte del proceso. No importa si los pasos son cortos y pequeños, lo importante es que sean constantes y orientados hacia mi meta. Dicen que de pequeños nos caemos hasta 200 veces antes de caminar sin apoyos 😵

    Que yo sepa, nadie se ha rendido. ¿Por qué en la edad adulta perdemos esa firmeza y valentía y nos desanimamos con mucho menos? Quizás haya que cambiar la estrategia, pero no el objetivo. Quizás haya que contar con una red de «cómplices» profesionales, cuya misión es animarnos y facilitarnos el proceso de cambio gracias a su expertise en coaching, mentoring, consultoría o formación.

    🗝Llave para pasar de la cuarta habitación del cambio a la primera (cierre del círculo).

    Pregúntate: ¿A qué me comprometo? ¿Cuál será mi primer paso?

    Reflexiones sobre las cuatro habitaciones del cambio

    ¿Cómo llegamos a mudarnos de una habitación a la siguiente? Es evidente que para avanzar necesitamos vislumbrar la puerta y poseer las llaves correctas.

    Lo hacemos cuestionando nuestras «antiguas respuestas» y seguridades, dudando de los automatismos que heredamos.

    Primero descubrimos que cargamos con una mochila, luego analizamos su contenido y entonces podremos elegir descargarnos de peso, deshaciéndonos de lo que ya no nos sirve. Creamos espacio para lo nuevo.

    Pensamientos, emociones, actitudes, comportamientos y resultados están muy vinculados entre sí, en una estrecha relación de interdependencia. Trabajar sobre cualquiera de estos elementos, influirá en el resto. Especialmente si empezamos por los primeros. Antes que nada necesitamos un cambio de mindset. Porque en cuanto me arriesgue a pensar de otra manera, desde otra perspectiva, se abrirá frente a mi otro horizonte, repleto de oportunidades invisibles hasta entonces.

    Las preguntas poderosas son la herramienta fundamental para estimular el pensamiento, el eje central de las conversaciones transformadoras.

    Si te animas a innovar guiada por una persona experta en procesos de cambio, ya sabes, ¡escríbeme! 🤓

    ¿Qué reflexiones te ha inspirado este post? ¿Cuál es tu experiencia? ¿De qué habitación te cuesta más salir? Te leo en los comentarios.

  • Lo que no es Coaching

    Lo que no es Coaching

    Quizás resulte extraño empezar definiendo qué es Coaching a través de lo que no es, pero así es como me resulta más fácil contarlo 😬

    Yo misma tenía la sensación de saber qué era, y mucha de la confusión procedía de una mezcla extraña con otros conceptos y actividades afines. Lo primero que sentía, digamos la verdad, era un amor-odio hacia esta disciplina. La relacionaba con Desarrollo Personal y Autoayuda, otras palabras con muy mala fama. Sentía atracción y a la vez dudaba. En mi cabeza tenía un «modelo americano» de conferenciante soberbio que grita en una gran sala «tú lo puedes todo, ¡muévete, joder!» y por otro lado una lista infinita de manuales breves del tipo «7 pasos para tener éxito«, «10 secretos para alcanzar la felicidad«: es decir, todo me sonaba a marketing simplista o agresivo, en cualquier caso, engañoso. A la vez creía que era solo para altos cargos con ganas de ganar más dinero y poder en su empresa, y que nada tuviese que ver conmigo y la inquietud de ser una mejor versión de mí misma. Por suerte me lancé a estudiarlo y a vivirlo en primera persona. Descubrí que estaba bastante equivocada.

    Coaching no es psicología ni terapia. No es formación ni mentoring. No es lo mismo que una consultoría. La figura del coach tampoco se corresponde a la figura del entrenador físico, y no sólo porque su foco no está en lo exterior. Se parece más bien a una versión contemporánea de la mayéutica socrática, y así es como me encanta verlo, porque me reconcilia con mis orígenes, con la filosofía.

    Cuando alguien se interesa por un proceso de coaching, me detengo en explicar estas diferencias. Es extremadamente importante distinguir qué pertenece al ámbito del coaching y qué no. Quiero que sepas cuáles son las reglas del juego. ¿Qué rol juega tu coach? ¿Qué rol juegas tú como coachee? ¿Qué puedes esperar de esa relación? Como en cualquier otro trabajo, es clave alinear expectativas, entender el alcance y el compromiso de las partes. El coaching no tiene todas las respuestas ni te entrega una fórmula cerrada. Pero puede ser mágico. Acelerar cambios que normalmente tardarías años en realizar o nunca harías, sin esa ayuda estratégica del coaching.

    Te dejo un breve vídeo para que me pongas cara y profundices un poco más acerca de estas diferencias entre coaching y otras disciplinas. Aquí va👇🏻

    https://b9879637-ae24-444d-8c01-ac48f231ad44.usrfiles.com/html/db9376e69cfa487ea0fa0b912ae51a4f_v1.html

    ¿Te gustaría emprender el viaje de una transformación personal? ¿Quieres que sea tu coach? Contáctame. Igual hacemos match 🤓

    Y si te parece interesante este contenido, por favor, compártelo 🌸

  • Vivir la vida con sentido

    Vivir la vida con sentido

    Vamos a contrarreloj, no tenemos tiempo, estamos “always online and never available”.
    Sin embargo deberías sacar un rato y leer “Vivir la vida con sentido” de Victor Küppers.

    Actitud para vivir la vida con sentido

    Perdónale un título quizás demasiado ambicioso y una portada que podría echar para atrás, porque su esencia es preciosa. Un libro es una pausa de la hiperconexión, y si lo disfrutas en papel aún más. Llegué a este “pequeño descubrimiento” gracias a un mix de situaciones casuales: una charla TED un domingo por la tarde y un amigo que justo tenía el libro de ese hombre que tanto me había gustado escuchar.

    No es “lo último” ni falta que hace. En digital estamos tan acostumbrados a cambios constantes que en la carrera por captar la tendencia más novedosa existe una especie de estigma sobre quien comparte información con más de 24 horas de vida (exagero, soy una provocadora). Afortunadamente hay cuestiones que sobreviven más allá de los avances tecnológicos y temas sobre los cuales sigue teniendo mucho sentido reflexionar.

    Tras años estudiando filosofía, es una especie de placer prohibido traicionar a los grandes pensadores con sus grandes egos y articulados sistemas, para leer obras que te hacen pensar sobre lo cotidiano, hablando desde la humildad y el sentido común. Pensar sirve para “poner en orden” y hacer que lo más importante sea de verdad lo más importante.

    Entre muchas reflexiones, me quedaría con que “no eliges las cartas que te tocan, pero sí cómo las juegas”. Y ahí entra un concepto que quizás sea el corazón del libro: la actitud.

    No es lo que te pasa sino cómo te enfrentas a ello.

    Si imaginamos una fórmula para calcular el valor de las personas, sin duda empezaríamos a sumar: conocimientos, habilidades… y por último hay algo que ya no se suma: la actitud, el factor que multiplica.

    Este texto es inspirador, muy fácil de entender y te recuerda cosas “obvias”, las que a menudo obviamos. Entre estas “obviedades” está el humor como una de las claves imprescindibles para que las cosas funcionen. Víctor me ha sacado más de una sonrisa a lo largo del “viaje” de la lectura, inspirándome para aplicar pequeños y grandes cambios en mi manera de ser y desde esta pequeña ventana me gustaría que vivieras la misma experiencia, para contagiarte la misma buena vibra 🙂

    “Plantar entusiasmo en los demás” es un reto y oportunidad que no deberíamos dejar escapar nunca.

    Este artículo se publicó en Revista Anuncios el 22/05/17 (nº 1553)

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