Autor: proyecto363.online

  • Happycracia: la dictadura de la felicidad

    Happycracia: la dictadura de la felicidad

    ¿Has leído Happycracia? Tiene un título intrigante y su promesa es abrirte los ojos frente a un sistema que te obliga a ser feliz 😨 Un punto de partida prácticamente irresistible para alguien que estudia la Felicidad. Siendo encima filósofa, es decir amante de las provocaciones intelectuales, no podía quedarme sin leerlo.

    Resumiendo mucho muchísimo, la tesis central es que la felicidad no es un deseo puramente humano, auténtico y natural, sino un producto que nos venden, sustentado en una ciencia (de dudosa credibilidad y sorprendente financiación) y promovido por una industria que hace negocio con eso. Hay una especie de complot internacional que nos invita a poner la felicidad en un primer plano para anestesiarnos y explotarnos cada día un poco más.

    Edgar Cabanas y Eva Illouz parecen compartir la visión filosófica del coreano Byung-Chul Han: perseguir la autorrealización (felicidad) es en realidad una condena, es la paradoja de la libertad que se vuelve autoexplotación infinita.

    Según el ensayo, la felicidad-imperativo va de la mano de un mito dañino, el del sueño americano, y cumple con los intereses del mercado, pero no de la sociedad. Es decir, tras tanto programa orientado a que seamos felices, se esconde la motivación opuesta: hacernos miserables.

    ¡Happycracia nos pinta un panorama distópico, sin duda! 😱

    ¿Es posible «salvar la felicidad» o hemos de tirarla a la basura corriendo, cual manzana envenenada?

    No prometo respuestas definitivas, sino nuevos enfoques que abran el debate. A continuación enumero las 12 tesis más provocadoras de Happycracia (en orden aleatorio) y mi propuesta de reflexión al respecto.

    1. La felicidad es meritocrática y se olvida de las circunstancias

    Es verdad, la Psicología Positiva pone el foco en lo que depende de ti. Las circunstancias son lo de menos, por muy cruel que pueda sonar eso. Personalmente y más allá de cualquier estudio que fundamente esto o lo otro, creo que nos ayuda mucho centrarnos en la parte de realidad que podemos modificar en lugar de quedarnos en la queja y en el victimismo. Hay algunos hechos que no podemos cambiar (que haga sol o llueva, o tener el padre y la madre que nos tocó tener, por decir algo), y otros muchos hechos que sí podríamos modificar, según qué decisiones tomemos. Las circunstancias importan pero evitemos escudarnos en ellas. ¿Buscamos culpables o soluciones?

    2. La felicidad invierte la pirámide de Maslow

    ¿La realización personal importa más que la situación económica?

    Es muy provocador pero parcialmente cierto: todo el mundo conoce a personas que consideraría felices y realizadas (aunque con «pocos» recursos materiales) y viceversa a personas amargadas e infelices a pesar de su riqueza. Aun así, es una cuestión delicada. No recuerdo qué filósofo decía que no se puede filosofar con el estómago vacío. Que nuestra realización personal importe más que la situación económica no puede usarse como arma cínica para gobernar, descuidando lo más básico.

    3. La felicidad potencia la infelicidad

    En la Happycracia la felicidad es meritocrática.

    Entonces si no soy feliz es «por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa».

    Uy, aquí sí que el tema es puntiagudo. Insistir en que tienes un enorme poder sobre lo que ocurre parece insinuar eso, que si no eres feliz, es tu culpa (y eso te hunde la moral y te hace más infeliz aún). Sin embargo, desde mi punto de vista, la felicidad pasa por aceptar que no todo depende de ti y que eso está bien. Te diré más, pasa por apreciar la belleza de las cosas imperfectas e incompletas. Renunciar a la perfección y a tenerlo todo es un prerrequisito para ser feliz. Eso descubrí gracias al Wabi Sabi.

    4. La felicidad es consumista

    ¿Quién no ha caído en esa tentación, la de seguir siendo consumista aunque sea de productos «experienciales» o incluso «espirituales»? Está bien reconocer que podríamos meternos en un círculo vicioso de compras y seguir en la insatisfacción. También está bien darnos cuenta de que no todas las compras son iguales. Si tengo claro que ahí no reside la solución definitiva a todos mis problemas ni depende de ello mi felicidad, ¿cuál es el inconveniente? Puedo adquirir cursos, productos y viajes que me dan bienestar sin que se me juzgue por ello.

    5. La felicidad causa insatisfacción

    La felicidad es una meta inalcanzable, nunca llegarás a tu mejor versión. Aquí diría lo mismo que antes. Urge un cambio de mentalidad. El hecho de no llegar, de seguir siendo incompletas e imperfectas, no es un problema. La única vez que «llegamos» en la vida es cuando esta se concluye, cuando morimos. Todo lo demás, es un camino. La clave está en disfrutar de cada etapa, porque la función más importante de cualquier objetivo es motivarnos a andar, marcar una dirección. Estar en movimiento (físico y simbólico) es lo que importa, e importa mucho más que llegar. Hoy eres tu mejor versión posible. Mañana serás otra.

    6. La felicidad es sólo marketing

    Uno de los argumentos del autor para empujarnos a desconfiar de todo lo relacionado con la felicidad es el hecho de que se “usa” con fines marketinianos. Es evidente que está de moda y seguramente se abusa del concepto, ¿pero tiene sentido rechazarla por esta razón?

    Es como ir en contra de todo tipo de voluntariado porque algunos hablan de sus iniciativas sociales en grandes lonas de publicidad y ganan puntos de reputación a golpe de donaciones a ONGs. Es decir, hacen marketing. ¿Es lícito visibilizar estas acciones? ¿Sigue siendo importante que haya aportaciones a proyectos solidarios o primero hemos de asegurarnos de la integridad moral de quienes donan?

    Lo mismo ocurriría con la inversión en felicidad. ¿Tener como objetivo facilitar a las personas la felicidad, ofreciendo un contexto amable, respetuoso y abierto en una empresa, por ejemplo, es un acto del demonio si resulta que quien invierte en ello ha notado que eso también repercute positivamente en los resultados?

    Una vez más la cuestión es ética. Desde un punto de vista ético quisiéramos ver gestos generosos auténticos, donde ayudar al prójimo naciera exclusivamente de un instinto de bondad que no pide nada a cambio. ¿Es factible exigir algo así?

    Así como ayudar a quien más lo necesita seguirá siendo una acción noble e importante, promover la felicidad de cualquier persona también lo será. Es algo bueno y útil.

    Que luego las organizaciones lo distorsionen o no sean coherentes “vendiendo” felicidad mientras desatienden otros aspectos básicos como unas condiciones salariales adecuadas para su plantilla, la honestidad con sus clientes, etcétera, es otra cosa.

    7. La felicidad es un axioma

    Se habla del axioma de la felicidad como la meta última. Sí, seguramente sea un axioma. Cada cual elige el suyo. El autor cree que el conocimiento y la justicia son los valores más importantes (“revolucionarios”) antes que la felicidad. Es otro axioma. Igualmente me pregunto: ¿la felicidad acaso excluye el conocimiento y la justicia?

    8. La felicidad es individualista

    Con lo relevantes que es cultivar unas relaciones humanas de calidad, dudo mucho de que se pueda alcanzar la felicidad siendo individualista. Buscar la felicidad es buscar un equilibrio; lo individual no puede subsistir fuera de una vida común.

    9. La felicidad genera el tabú de la infelicidad

    Según Edgar y Eva la felicidad en términos de alegría y “emociones positivas” se ha vuelto una imposición y lo de ser infeliz (triste) por ende se ve como negativo e insano.

    Hasta donde sé, la Psicología Positiva distingue entre emociones agradables y desagradables (las que normalmente llamamos positivas y negativas), y lo hace justo para subrayar que todas las emociones son funcionales, aunque no todas nos gusten. También es verdad que si deseamos sentir plenitud y satisfacción en nuestra vida, lo que buscamos es experimentar con mayor frecuencia las emociones «positivas» frente a las «negativas». Si todo el rato estoy triste, es complicado mantenerme en un estado de salud física, mental, emocional. Eso no significa huir de la tristeza, ira, miedo, etcétera que puntualmente y necesariamente experimentaré.

    10. La felicidad implica renunciar a cambiar el mundo exterior

    Es verdad que la felicidad implica en parte retirarse al interior, porque surge del autoconocimiento. Pero no creo que eso implique renunciar a cambiar lo exterior. Lo interior y lo exterior son mundos interconectados e interdependientes.

    Inevitablemente, al cambiar algo dentro de mí, mi mentalidad y actitud, cambian mis acciones, con lo que influyo en otras personas y situaciones, es decir, inspiro y provoco otros cambios exteriores, en mi entorno. Por mi parte opino que los cambios más relevantes han de darse primero en tu interior para conseguir ese equilibrio inestable que es la felicidad.

    11. La felicidad implica más inseguridad

    Según Edgar y Eva se nos empuja a ser emprendedores dentro o fuera de una empresa y a enfrentarnos solos a la incertidumbre del mercado. Este asunto es peliagudo.

    Por un lado, emprender dentro de una empresa, es decir tener iniciativa, me parece una bonita oportunidad (aunque seguramente el autor insinúa que se trata más bien de una velada obligación y un extra de responsabilidad que «no nos corresponde»).

    Por otro lado, el hecho de que nos inviten a emprender fuera de la empresa (como en el nuevo spot de Apple), ¿es tan cool como parece? ¿Es una decisión consciente? Existe el lado oscuro de la precarización. Asumir grandes dosis de incertidumbre y soledad es duro. La inseguridad laboral genera estrés, es verdad. Puede ser que todo nos incite a “buscarnos la vida” a nivel profesional, pero ¿se vivía mejor con “garantías”, con el puesto fijo hasta la jubilación? Yo no lo sé. En todo caso, ¿la causa de este complejo contexto VUCA, BANI y postpándemico es de la felicidad (vista como engaño del neoliberalismo)?

    12. La felicidad nos anestesia

    Edgar y Eva subrayan el afán de la industria de la felicidad por cultivar la gratitud y la resiliencia, por leer cada crisis como oportunidad.

    Su duda es la siguiente: ¿se trata de una forma de anestesia o ceguera?

    Totalmente cierto, los promotores de la felicidad estamos hablando constantemente de estas y otras habilidades blandas o soft skills. Pero ser personas agradecidas, flexibles, capaces de aprender de los errores…¿es lo peor que nos podría pasar? ¿En serio creemos que la felicidad es incompatible con la justicia social y no nos permite organizarnos colectivamente ni realizar cambios?

    ¿Qué opinas tú sobre la felicidad como imposición?

  • Design Thinking: un caso real en detalle

    Design Thinking: un caso real en detalle

    Okay, te sabes la teoría del Design Thinking. Te han contado que es un proceso creativo colaborativo y que consta de 5 fases, donde se alternan momentos divergentes y convergentes: empatizar, definir, idear, prototipar y testear.

    ¿Pero cómo funciona realmente? ¿Por dónde se empieza? ¿Quién participa? ¿Qué tipo de desafíos se pueden abordar con esta metodología de innovación?

    En la red nos solemos topar con ejemplos ficticios de Design Thinking y un par casos célebres de marcas internacionales, relatados a grandes rasgos. ¿Pero qué pasa con los detalles? ¿Cuáles fueron las clave que les llevaron al éxito en la aplicación de la metodología? ¿Y si quisiéramos escuchar una referencia más cercana en el tiempo y en el espacio?

    Hoy te traigo un caso real de Design Thinking que he vivido en primera persona como consultora de innovación y facilitadora de talleres. Quiero compartirte esta historia de un cliente en Madrid y los pasos de nuestra colaboración, desde que detectamos la necesidad de resolver ciertos problemas estratégicos de manera diferente, hasta llevar a cabo la experiencia de diseño y plasmar 5 soluciones originales como resultado final. Espero que puedas encontrar alguna respuesta más a tus dudas sobre Design Thinking y la inspiración para animarte a probarlo.

    Aquí va el vídeo resumen sobre el caso práctico de Design Thinking:

    https://b9879637-ae24-444d-8c01-ac48f231ad44.usrfiles.com/html/db9376e69cfa487ea0fa0b912ae51a4f_v1.html

    Y si quieres ver la grabación de la Masterclass completa (explicación más preguntas y respuestas), haz click aquí.

    ¿Te interesaría abordar tus retos desde una perspectiva radicalmente distinta?

    ¿Quieres apostar por la inteligencia colectiva y los talentos diferentes de tu equipo? ¿Buscas empatizar con tu cliente y aterrizar las ideas con agilidad?

    ¿Te apetecería vivir la experiencia del Design Thinking?

    Escríbeme a través del formulario y hablamos 🤠

  • Coaching, Soft Skills y Psicología Positiva

    Coaching, Soft Skills y Psicología Positiva

    ¿Qué tienen en común el Coaching, las Soft Skills y la Psicología Positiva?

    En mi experiencia son primos hermanos 👍🏻

    Un buen proceso de coaching desafía tus Soft Skills o habilidades blandas y te lleva a otro nivel gracias a su uso. Hacer coaching implica practicar la honestidad contigo mismo, aceptar que la situación actual no te satisface y actuar con valentía para cambiarla. Decidir contratar a un coach significa innovar, potenciar el pensamiento crítico, invertir en inteligencia emocional. Para que el coaching tenga éxito trabajarás en equipo, en tu gestión del tiempo, en la adaptabilidad. Junto a tu coach tendrás sin duda múltiples ocasiones para fortalecer tu comunicación y creatividad. Y todas estas son Soft Skills muy demandadas que sí o sí necesitas entrenar.

    Por otro lado, la Psicología Positiva respalda el Coaching de Fortalezas y sienta las bases científicas de una filosofía optimista. Frases como «yo soy así y no lo puedo evitar», «pero es que a mí me pasó esto y lo otro y por eso soy infeliz» quedan invalidadas. Estudios sobre la Felicidad avalan lo contrario: las circunstancias no lo son todo, ni siquiera tu genética vale como excusa. Las personas felices lo son sobre todo por su actitud. Puedes ser feliz, tienes poder sobre ti mismo y tu destino. Si no, no habría espacio para el cambio ni el coaching. ¿Qué sentido tendría un acompañamiento profesional hacia tu crecimiento si fuera cierto que nunca cambia nada, que todo está ya decidido para siempre? Además, la Psicología Positiva señala que una de las claves para sentirnos plenos es reconectar con lo que se nos da bien – nuestras fortalezas – y «fluir» desde ahí. Otro pilar de la felicidad comprobado es disfrutar de vínculos sociales de calidad, algo que sin un buen uso de las Soft Skills sería imposible hacer.

    En este breve vídeo sobre Coaching, Soft Skills y Psicología Positiva te cuento algo más 😉 (menos de 5 minutos).

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    Si estas reflexiones te han interesado, ya sabes, compártelas 😘

    ¡Gracias por leerme!

  • El proceso de cambio: las cuatro habitaciones

    El proceso de cambio: las cuatro habitaciones

    La «Teoría de las 4 habitaciones del cambio’» fue desarrollada en el año 1975 por el psicólogo sueco Claes F. Janssen y describe de manera clara las etapas principales por las que transitamos a la hora de vivir un proceso de transformación.

    ¿Conocías este modelo? Es muy sencillo a la vez que impactante. Puede aplicarse al proceso de cambio en cualquier área de nuestra vida. Además es un instrumento válido para entender el cambio a nivel individual y en equipos u organizaciones.

    Desde esta perspectiva, habitamos una casa con cuatro estancias, y pasamos de una a otra según el momento en el que nos encontremos. Se trata de un círculo virtuoso destinado a repetirse. Quedarnos «demasiado tiempo» en una de las habitaciones del cambio puede acarrearnos problemas y dificultar el paso hacia la evolución. Aun así, la agilidad con la que conseguimos movernos entre una habitación y la otra depende de cada caso, no hay una regla fija.

    Vamos a ver cuáles son las cuatro habitaciones del cambio 😁

    Modelo de 4 fases del cambio según el psicólogo Claes Janssen

    Las habitaciones del cambio, un modelo del psicólogo Claes F. Janssen

    Primera habitación del cambio: la satisfacción

    En la primera habitación del cambio encontramos la satisfacción y el bienestar. ¿Quién no desearía tenerlos para siempre? Piensa en qué ámbitos de tu existencia percibes esto. Igual estás muy contenta con tus amistades y tu relación de pareja te llena. Quizás no ocurra lo mismo con tu trabajo. La habitación de la satisfacción es el lugar donde me siento segura y cómoda. Podría visualizarlo como mi sofá mientras disfruto a solas de un libro, una terracita y unas risas en buena compañía, una cena romántica con mi pareja, una mañana de sol. Si fuera alcanzable sentirnos así en todas las áreas de nuestra vida a la vez y de manera sostenible, sería nuestro estado ideal. ¿Quién no quisiera vivir libre de preocupaciones y complicaciones, en una especie de nirvana?

    Pero ninguna de las habitaciones del cambio nos permite quedarnos ahí eternamente, con la misma distribución del espacio, los mismos objetos, las mismas personas. Las cosas cambian, las relaciones cambian, nosotros cambiamos. En definitiva, no podemos «dormirnos en los laureles». En la habitación de la satisfacción estás razonablemente bien, pero sabes que podrías hacer algo más y está en tus manos hacerlo.

    Seguramente llegaste con mucho entusiasmo y al quedarte más rato empieces a notar las imperfecciones de esa habitación. O llevas ya mucho tiempo sin tocar nada, y a pesar de no sentirte feliz, elegiste conformarte con lo que hay, porque aunque no sea exactamente una zona de confort, al menos es una zona de control: sabes cómo funciona, la conoces de pe a pa.

    Sin embargo, lo natural es movernos entre las habitaciones. La vida es cambio y nos empuja hacia adelante. Volveremos a esta habitación tras pasar por todas las demás, y será una habitación diferente, más amplia.

    🗝Llave para pasar de la primera a la segunda habitación del cambio.

    Pregúntate: ¿es suficiente con lo que tengo? ¿Puedo hacer algo más? ¿Qué me gustaría mejorar?

    Segunda habitación del cambio: la negación

    La segunda habitación de «la casa del cambio» se llama negación o resistencia.

    Adivina qué pasa en esta sala. En psicología se habla de disonancia cognitiva y apuesto a que la has experimentado más de una vez aunque no hayas usado este concepto.

    Dos fuerzas opuestas luchan dentro de ti.

    Esa primera habitación ya no es tan perfecta. Una parte empieza a rebelarse, a ver todo lo que falta. Redescubres el impulso que te mueve hacia lo que deseas, crees que sí puedes llegar a lugares distintos. «Ya basta, he tenido suficiente. Existen alternativas, quiero salir de aquí, me merezco más». Otra parte, en cambio, te mantiene enganchada a tu situación de partida. «¿Para qué vas a moverte? Tampoco estás tan mal». «Más vale malo conocido que bueno por conocer». «¡Con lo que te costó llegar hasta aquí!».

    Se genera cierta tensión o desarmonía interna en tu sistema de ideas, creencias y emociones. Tus pensamientos entran en conflicto, te contradices con tus comportamientos.

    🗝Llave para pasar de la segunda a la tercera habitación del cambio.

    Pregúntate: ¿Qué tengo que aceptar? ¿Mi vulnerabilidad? ¿Mi necesidad de ayuda?

    Tercera habitación del cambio: la confusión

    Ya sé que deseo cambiar, lo tengo claro. He hecho las paces conmigo misma y dejo de resistirme: me voy a mover. Lo que me atrapa ahora en la tercera habitación del cambio es la confusión con respecto a cómo hacerlo, hacia dónde avanzar. Es un túnel de inseguridad, insomnio…La incertidumbre me aplasta. No visualizo el camino a seguir. Sé lo que no quiero, pero ¿qué voy a hacer exactamente? Me agoto dándole vueltas al coco.

    🗝Llave para pasar de la tercera a la cuarta habitación del cambio.

    Pregúntate: ¿Qué tengo que soltar? ¿Qué necesito dejar ir? ¿Mi miedo? ¿Mi orgullo? ¿Una relación? ¿Ciertas opiniones? ¿Mi propia autocrítica?

    Cuarta habitación del cambio: la renovación

    En la cuarta habitación del cambio por fin doy mis primeros pasos hacia la dirección que he elegido. El cambio se materializa en acciones.

    Como una niña que empieza a ponerse de pie, tengo muchas ganas de explorar el territorio, y aunque sé que me caeré, no tengo miedo.

    Sé que cometeré errores, asumo que son parte del proceso. No importa si los pasos son cortos y pequeños, lo importante es que sean constantes y orientados hacia mi meta. Dicen que de pequeños nos caemos hasta 200 veces antes de caminar sin apoyos 😵

    Que yo sepa, nadie se ha rendido. ¿Por qué en la edad adulta perdemos esa firmeza y valentía y nos desanimamos con mucho menos? Quizás haya que cambiar la estrategia, pero no el objetivo. Quizás haya que contar con una red de «cómplices» profesionales, cuya misión es animarnos y facilitarnos el proceso de cambio gracias a su expertise en coaching, mentoring, consultoría o formación.

    🗝Llave para pasar de la cuarta habitación del cambio a la primera (cierre del círculo).

    Pregúntate: ¿A qué me comprometo? ¿Cuál será mi primer paso?

    Reflexiones sobre las cuatro habitaciones del cambio

    ¿Cómo llegamos a mudarnos de una habitación a la siguiente? Es evidente que para avanzar necesitamos vislumbrar la puerta y poseer las llaves correctas.

    Lo hacemos cuestionando nuestras «antiguas respuestas» y seguridades, dudando de los automatismos que heredamos.

    Primero descubrimos que cargamos con una mochila, luego analizamos su contenido y entonces podremos elegir descargarnos de peso, deshaciéndonos de lo que ya no nos sirve. Creamos espacio para lo nuevo.

    Pensamientos, emociones, actitudes, comportamientos y resultados están muy vinculados entre sí, en una estrecha relación de interdependencia. Trabajar sobre cualquiera de estos elementos, influirá en el resto. Especialmente si empezamos por los primeros. Antes que nada necesitamos un cambio de mindset. Porque en cuanto me arriesgue a pensar de otra manera, desde otra perspectiva, se abrirá frente a mi otro horizonte, repleto de oportunidades invisibles hasta entonces.

    Las preguntas poderosas son la herramienta fundamental para estimular el pensamiento, el eje central de las conversaciones transformadoras.

    Si te animas a innovar guiada por una persona experta en procesos de cambio, ya sabes, ¡escríbeme! 🤓

    ¿Qué reflexiones te ha inspirado este post? ¿Cuál es tu experiencia? ¿De qué habitación te cuesta más salir? Te leo en los comentarios.

  • Lo que no es Coaching

    Lo que no es Coaching

    Quizás resulte extraño empezar definiendo qué es Coaching a través de lo que no es, pero así es como me resulta más fácil contarlo 😬

    Yo misma tenía la sensación de saber qué era, y mucha de la confusión procedía de una mezcla extraña con otros conceptos y actividades afines. Lo primero que sentía, digamos la verdad, era un amor-odio hacia esta disciplina. La relacionaba con Desarrollo Personal y Autoayuda, otras palabras con muy mala fama. Sentía atracción y a la vez dudaba. En mi cabeza tenía un «modelo americano» de conferenciante soberbio que grita en una gran sala «tú lo puedes todo, ¡muévete, joder!» y por otro lado una lista infinita de manuales breves del tipo «7 pasos para tener éxito«, «10 secretos para alcanzar la felicidad«: es decir, todo me sonaba a marketing simplista o agresivo, en cualquier caso, engañoso. A la vez creía que era solo para altos cargos con ganas de ganar más dinero y poder en su empresa, y que nada tuviese que ver conmigo y la inquietud de ser una mejor versión de mí misma. Por suerte me lancé a estudiarlo y a vivirlo en primera persona. Descubrí que estaba bastante equivocada.

    Coaching no es psicología ni terapia. No es formación ni mentoring. No es lo mismo que una consultoría. La figura del coach tampoco se corresponde a la figura del entrenador físico, y no sólo porque su foco no está en lo exterior. Se parece más bien a una versión contemporánea de la mayéutica socrática, y así es como me encanta verlo, porque me reconcilia con mis orígenes, con la filosofía.

    Cuando alguien se interesa por un proceso de coaching, me detengo en explicar estas diferencias. Es extremadamente importante distinguir qué pertenece al ámbito del coaching y qué no. Quiero que sepas cuáles son las reglas del juego. ¿Qué rol juega tu coach? ¿Qué rol juegas tú como coachee? ¿Qué puedes esperar de esa relación? Como en cualquier otro trabajo, es clave alinear expectativas, entender el alcance y el compromiso de las partes. El coaching no tiene todas las respuestas ni te entrega una fórmula cerrada. Pero puede ser mágico. Acelerar cambios que normalmente tardarías años en realizar o nunca harías, sin esa ayuda estratégica del coaching.

    Te dejo un breve vídeo para que me pongas cara y profundices un poco más acerca de estas diferencias entre coaching y otras disciplinas. Aquí va👇🏻

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    ¿Te gustaría emprender el viaje de una transformación personal? ¿Quieres que sea tu coach? Contáctame. Igual hacemos match 🤓

    Y si te parece interesante este contenido, por favor, compártelo 🌸

  • ¿Qué es Design Thinking?

    ¿Qué es Design Thinking?

    ¿Has oído hablar de Design Thinking? ¿Te suena el nombre de la metodología pero no te queda claro en qué consiste ni por qué está tan en boga? En este vídeo (si vas de prisa, scroll abajo 😛), haré que te acerques al mundo de la innovación y a algunas de sus armas secretas.

    Design Thinking aparece para ayudar en contextos de gran incertidumbre, cuando problemas nuevos y complejos parecen bloquear el camino. Design Thinking abre posibilidades donde antes veíamos sólo amenazas.

    Ofrecí esta Masterclass – vídeo a continuación – en la era pre-COVID (¿alguien se acuerda de aquello?), y subrayaba la importancia de esta propuesta de valor, la del Pensamiento de Diseño, vista la situación incierta en las que nos movíamos. A día de hoy no es necesario explicar qué significa vivir en una época de cambios exponenciales, porque todo el planeta lo está experimentando en primera persona.

    ¿Y por qué el Design Thinking es nuestro aliado? Porque la clave del éxito para “bailar bajo la lluvia” reside en ser muy flexibles y creativos. Con Design Thinking potenciamos la resiliencia, el pensamiento crítico, la empatía, la innovación.

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    Rediseñamos procesos, servicios, productos, negocios y personas.

    Design Thinking o pensamiento de diseño viene a potenciar el problem solving, transformando nuestras creencias y resultados. A través de esta metodología los equipos encuentran soluciones originales a las dificultades presentes y futuras del negocio, construyen relaciones saludables, aprenden nuevas maneras de comunicar con eficacia. Los principios del Design Thinking te pueden ayudar también a nivel individual, y empujarte a dar un giro a tu vida personal y profesional.

    Ya sabes, si quieres pensar de manera diferente y materializar ideas con estrategia y agilidad, empezar a practicar el Design Thinking es sin duda una excelente decisión.

    ¿Qué aprenderás en esta Masterclass sobre Design Thinking?

    1. Qué es el Design Thinking.
    2. Las 5 fases del Design Thinking, sus características y objetivos.
    3. Algunas herramientas que utilizamos en Design Thinking.
    4. Cuáles son los elementos esenciales para que un proceso de Design Thinking funcione.
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    Si aprecias el contenido, compártelo: ojalá sea útil a más personas 🙏🏻

    ¿Quieres experimentar el Design Thinking en tu empresa?

    Escríbeme y conversamos 😊

  • Encuesta sobre Feedback: los resultados

    Encuesta sobre Feedback: los resultados

    Hace un mes aproximadamente mientras preparaba un taller sobre Feedback y Comunicación Eficaz se me ocurrió diseñar una encuesta para investigar acerca de ello. Porque la verdad es que Feedback es una de esas cuestiones «obvias» que por eso mismo obviamos y dejamos en el cajón de lo «no urgente» aunque importante. En realidad saber dar y recibir feedback tiene mucho peso e impacto en la vida personal y profesional de cualquiera. Y como verás en los resultados de la encuesta, aparecen ciertas contradicciones sobre las que reflexionar.

    Por qué la encuesta sobre Feedback

    La relevancia del Feedback es cada vez mayor. ¿Por qué? En este contexto tan cambiante, que produce inseguridad y tensiones, lo que hay que desarrollar con urgencia son nuestras Soft Skills, la capacidad de relacionarnos de manera productiva y conseguir objetivos sin perder nuestra salud mental y emocional por el camino.

    En pleno momento VUCA, apostar por la innovación ya no es opcional: el COVID-19 y la avalancha de transformación que nos ha traído obliga la sociedad y las organizaciones a tirar de creatividad, y esa creatividad para solucionar retos complejos ha de proceder de la colaboración entre perfiles diferentes.

    ¿Y qué produce el trabajo en equipo, en general y especialmente en situaciones incómodas? Opiniones en conflicto, estrés, roces, incomprensiones, silencios incómodos, desmotivación, etcétera. No es fácil entenderse. Y ahora en remoto, ni te cuento. Damos por sentado que sabemos de qué hablamos cuando hablamos de Feedback y cómo gestionar este aspecto en las empresas, ¿pero es verdad?

    Primeras reacciones a la encuesta sobre Feedback

    Me puse manos a la obra para investigar de manera ágil y a ser posible divertida cuáles son las primeras impresiones que figuras profesionales destacadas del ámbito del marketing, la gestión del talento, el mundo agile y el coaching tienen con respecto al «temón» del Feedback. Lo quise sacar de su cajón y la experiencia fue realmente enriquecedora. Nació así un typeform de 8 preguntas con gifs incluidos. Algunas personas fueron tan amables que además de contestar, también dieron feedback acerca de la encuesta sobre feedback 😄

    El Feedback es esencial

    Parece ser que estamos de acuerdo. Para la mayoría de los encuestados este asunto es altamente relevante. En una escala del 1 al 10, el 85% ha asignado una nota entre 8 y 10 al Feedback cuando les preguntaba cuán importante es. Aunque prácticamente ni se enseña ni se estudia de manera formal, y casi todo lo que sabemos lo hemos aprendido «en el campo de batalla», tenemos claro que el Feedback es una asignatura vital.

    El Feedback tiene un 10 de importancia para el 35% de los encuestados

    La gente no sabe dar feedback

    Eso es lo que pensamos la gran mayoría. El 72% cree que «la gente» (¿los demás?) a menudo ofrece su feedback de una manera incorrecta. También puede estar relacionado con que no tenemos formación sobre feedback y por eso fallamos mucho.

    Dar feedback es más cómodo

    Ha sido complicado formular esta pregunta (y contestarla, por lo visto, también). De hecho, más de una persona se ha «quejado» por no disponer de otra opción que fuera «me siento igual de cómodo/a dando y recibiendo feedback». Hasta hubo una profesional que me escribió para comentarme que dejaba el formulario por esa razón. Wow. Declarar una preferencia parece generar algún tipo de conflicto. Al principio había planteado dejar la tercera opción, pero tras un piloto y los comentarios de mis primeras «víctimas» me di cuenta de que la pregunta generaba cierto «rechazo» y contestar «me da igual» era una especie de «huida digna». Esta pregunta contiene la primera duda «maliciosa» que quería insinuar. Cuando se trata de Feedback todos jugamos en algún punto ambos roles: a veces damos, otras recibimos. Y quizás ambas situaciones sean complicadas. Así que una vez «forzados» a elegir, este fue el resultado: un casi-empate. El 52% se siente mejor a la hora de dar feedback (es más cómodo que recibir…o menos desagradable). El 48% declara en cambio sentirse menos incómodo recibiendo.

    Gif de chica con orejas gigantes

    Feedback es colaboración, aprendizaje y mejora contínua

    Todo el mundo aparentemente sabemos de qué hablamos cuando usamos la palabra Feedback, pero ¿si tuviésemos que relacionarla con 3 frases o conceptos? ¿Qué es lo primero que se nos ocurre? Ahí sugería alternativas variadas (entremezclando mi propia visión con otros lugares comunes y situaciones recurrentes). Hay un claro top 2 en las respuestas. Para el 91% de los encuestados Feedback significa colaborar, aprender y mejorar constantemente (actividades hoy más que nunca necesarias). Igualmente un 82% está de acuerdo en que Feedback son opiniones estructuradas y constructivas. No cualquier opinión es feedback (o al menos no aspiramos a que le falte estructura o espíritu constructivo). Además, el 38% lo relaciona con «sonrisas y gestos amables» y para un 17% feedback también son «cumplidos y halagos». Visto así, Feedback es maravilloso 🦄

    Sólo un 16% lo relaciona con «una reunión tensa con tu jefe/a o subordinado/a» y un porcentaje algo mayor, casi 1/4, visualiza «un email largo con cosas que están mal». Aún menos personas lo vinculan con «malas caras y tono de voz alterado» o «quejas y peleas» (un 6% en ambos casos).

    Ahora bien, ¿las respuestas reflejan lo que nos gustaría que fuera Feedback o la realidad del día a día? 🤔

    También es muy interesante leer lo que contestaron quienes eligieron expresar con total libertad su idea de Feedback (más allá de las opciones propuestas). Han aparecido «verdades incómodas», «conversaciones sensibles«, «momentos tensos», «evaluación«, «análisis», «carga emocional», junto a palabras más esperanzadoras como «nuevas ideas«, «posibilidades», «escucha», «sinceridad», «apoyo», «confianza» y «respeto».

    Todo apunta a que Feedback es un tema complejo y rico en matices.

    «Yo siempre doy feedback bien»

    Y aquí llegamos a otra de las preguntas «con truco». Porque la segunda, lo era.

    La gran mayoría afirmamos que la gente da mal feedback. Pero cuando se trata de nosotros, otra gran mayoría dice que ofrece opiniones constructivas y con cariño. Algo no cuadra 😜. Ahora bien, es probable que los encuestados sean profesionales muy entrenados en el arte de dar y recibir feedback, pero también cabe la duda de que sea humano caer en la trampa de subrayar las debilidades de los demás y disimular las nuestras. Sólo un 33% admite intentarlo (¿porque quizás todos tengamos esa intención apriori?) y aún así no conseguirlo al cien por cien, porque es difícil. ¿Tú, cómo lo ves?

    La mayoría afirma que siempre ofrece feedback útil y amable

    Suelo recibir «feedback negativo»

    Nos encontramos con otra potencial contradicción. A la hora de valorar si escuchamos más a menudo feedback «negativo» (entendiendo en este caso, el feedback centrado en lo que no funciona) o «positivo» (el feedback que recalca los puntos fuertes), el 56% afirma recibir más a menudo el primer tipo. Por otro lado, cuando preguntamos qué tipo de feedback sueles dar más a menudo, se invierte la cifra. Entre líneas veo un «los demás tienen tendencia a quedarse con lo malo, y yo, en cambio, soy diferente y me enfoco más a menudo en lo bueno».

    La mayoría dice recibir más feedback negativo y ofrecer más feedback positivo

    Lo peor es no recibir feedback

    Okay, solemos quejarnos – y seguramente con razón – de que «la gente no sabe dar feedback». Pero ¿qué pasa si de repente nadie nos da feedback? ¿Es un alivio o una pesadilla peor? Un alto porcentaje estamos de acuerdo en que no recibir retroalimentación es incluso peor que recibir un feedback desagradable.

    Mucho del talento se pierde porque los profesionales no saben si están haciendo bien o mal las cosas (¿quizás nadie tenga tiempo para contárselo?) y/o escasean la escucha, la amabilidad y un diálogo sincero que nos ayude a mejorar. Necesitamos percibir reconocimiento por nuestro trabajo y también inputs constructivos. En caso contrario, probablemente sufriremos por la falta de feedback hasta el punto de perder la motivación y «engagement» con la empresa e irnos. Seguramente hay varias estadísticas sobre la relación entre Feedback y Talento, pero más allá de los datos, te pregunto ¿en tu experiencia te suena haber vivido algo así o haberlo visto ocurrir en tu círculo cercano? Me encantará leerte en los comentarios.

    El 79% opina que es peor no recibir feedback

    ¡Gracias por participar!

    Y ya sabes: si te ha gustado, compártelo. Me haría mucha ilusión.

    Sharing is caring 😬🌸

  • Soft is the new Hard. O por qué las Soft Skills son las nuevas Hard Skills.

    Soft is the new Hard. O por qué las Soft Skills son las nuevas Hard Skills.

    Las Soft Skills están de moda.

    ¿Sabes cuáles son? Son todas las competencias humanas, sociales, de creatividad, flexibilidad, comunicación, trabajo en equipo, etc, que te harán destacar cuando tengas que competir con otra persona con las mismas “hard skills” que tú.

    ¿Qué son las Hard Skills? Las “habilidades duras”, tus conocimientos y experiencias profesionales, lo que sueles reflejar en tu curriculum visible, vamos: los programas que manejas, los títulos que tienes y los hitos laborales alcanzados. Son las competencias técnicas que se supone que serán suficientes para llevar a cabo un determinado trabajo con éxito.

    Pero ¿por qué hablamos de habilidades blandas?

    Este naming me recuerda a algo tan desafortunado como en su momento lo fue hablar de “el sexo débil”.

    Da la casualidad de que las mujeres suelen tener ventaja en estas habilidades llamadas Soft Skills. ¿Será por eso que empezamos a valorarlas, pero “sin pasarnos”?

    Hablar de duro y blando, jerarquiza las dos tipologías de habilidades – como si de unas pudiéramos prescindir y de otras no.

    Yo creo que las “habilidades blandas”, las que no se pueden ver claramente reflejadas en un curriculum ni en diplomas, son la clave.

    Cuando tuve que seleccionar colaboradorxs para mi departamento, de manera espontánea me enfoqué mucho más en las Soft Skills que en las Hard Skills. Había profesionales con más años de experiencia y más títulos que sin embargo no me transmitían por su manera de hablar, pensar y actuar, la misma energía, pasión, amabilidad, capacidad de escucha e inquietud intelectual que otrxs, con bastante menos “logros oficiales” de los que presumir. Aposté por las personas con más “brillo”, aunque implicara enseñarles más sobre el trabajo en sí.

    Y sinceramente siempre fueron grandes fichajes. Por supuesto hay un factor suerte, pero confío plenamente en esta teoría: la calidad humana ofrece mayores garantías de éxito que la cantidad de conocimientos técnicos.

    Más que nada, porque la parte técnica es más fácil de aprender que las Soft Skills.

    Alguien incluso podría pensar que las habilidades blandas son innatas o dependen de todo tu recorrido personal, sin posibilidad de mejorar nada. En plan, si es “buena persona”, lo es, y si no, nada. Lo cual sería un poco condena y un poco justificación, en plan “yo soy así”. Tampoco lo creo.

    Sí, se puede evolucionar. Todo ser humano es un proceso, un proyecto en desarrollo, perfectamente imperfecto. Lo más complicado es darse cuenta de ello, aceptarlo y actuar a partir de esa verdad.

    Quien invierte en su lado humano es quien tendrá más probabilidades de ser esx líder y compañerx de trabajo que cualquiera quisiera tener a su lado.

    Se dice que las Soft Skills solo se adquieren en la vida diaria y que permiten a las personas integrarse con éxito en los ambientes laborales. En realidad las Soft Skills se adquieren (practican y mejoran) en cualquier lugar de tu existencia y son las que te permiten integrarte con éxito en la vida en general.

    La distinción entre personal y profesional es otro asunto a debatir: lo profesional es personal. Por muchas pantallas que utilices, terminarás trabajando con humanxs y para ellxs. Te conviene saber cómo relacionarte contigo y más seres humanos, si quieres sentirte bien y hacer sentir bien a lxs demás, porque ese bienestar es la base de cultivo de un entorno altamente productivo e inspirador, el clima que todas las empresas quieren y necesitan para alcanzar su mejor versión.

    Puedo admitir con menor recelo que las habilidades humanas se llamen “blandas” si las comparamos con el bambú, el material-símbolo de un verdadero éxito: la flexibilidad te permite sobrevivir a los cambios, como el bambú cuando se dobla con el viento y vuelve a su lugar, mientras la rigidez – aparentemente más segura – te condena a romperte ante nuevos desafíos. En este sentido, las Hard Skills podrían ser un magnífico objeto de cristal, un trofeo testigo de logros pasados, que algún día se podría caer y romper en mil pedazos (porque la sociedad/empresa ya te pide otros conocimientos muy diferentes – esto ha pasado y seguirá pasando con la «transformación digital»). No te agarres a ese trofeo: cultiva tus Soft Skills.

    Con la llegada de las máquinas, o mejor dicho su sofisticación exponencial, todos los trabajos mecánicos se ven en peligro: lo automatizable, será automatizado. La humanidad debe volver a lo que realmente la distingue de su prolongación, la máquina. La máquina, por muy avanzada que sea, debería quedarse en su esencia: una herramienta a nuestro servicio, un instrumento para reducir coste y tiempo, acelerando tareas diseñadas por la humanidad y para su bien.

    Los humanos no somos máquinas ni deberíamos aspirar a serlo. Las máquinas no son humanos, ni deberían aspirar a serlo. Aquí se abriría otro gran dilema filosófico que dejaré de lado ahora 😉

    Si tomamos consciencia del entorno VUCA y de cómo las máquinas remplazarán muchos de nuestros trabajos, lo que sí urge es reconocer y potenciar nuestras capacidades estrictamente humanas: la introspección, la creatividad, la empatía, la capacidad de cuestionarnos, reír, querernos, disfrutar…

    «No me seas blandx», apuesta por tus Soft Skills.

    Las Soft Skills son las nuevas Hard Skills.

    #softskills #VUCA #talento

  • Vivir la vida con sentido

    Vivir la vida con sentido

    Vamos a contrarreloj, no tenemos tiempo, estamos “always online and never available”.
    Sin embargo deberías sacar un rato y leer “Vivir la vida con sentido” de Victor Küppers.

    Actitud para vivir la vida con sentido

    Perdónale un título quizás demasiado ambicioso y una portada que podría echar para atrás, porque su esencia es preciosa. Un libro es una pausa de la hiperconexión, y si lo disfrutas en papel aún más. Llegué a este “pequeño descubrimiento” gracias a un mix de situaciones casuales: una charla TED un domingo por la tarde y un amigo que justo tenía el libro de ese hombre que tanto me había gustado escuchar.

    No es “lo último” ni falta que hace. En digital estamos tan acostumbrados a cambios constantes que en la carrera por captar la tendencia más novedosa existe una especie de estigma sobre quien comparte información con más de 24 horas de vida (exagero, soy una provocadora). Afortunadamente hay cuestiones que sobreviven más allá de los avances tecnológicos y temas sobre los cuales sigue teniendo mucho sentido reflexionar.

    Tras años estudiando filosofía, es una especie de placer prohibido traicionar a los grandes pensadores con sus grandes egos y articulados sistemas, para leer obras que te hacen pensar sobre lo cotidiano, hablando desde la humildad y el sentido común. Pensar sirve para “poner en orden” y hacer que lo más importante sea de verdad lo más importante.

    Entre muchas reflexiones, me quedaría con que “no eliges las cartas que te tocan, pero sí cómo las juegas”. Y ahí entra un concepto que quizás sea el corazón del libro: la actitud.

    No es lo que te pasa sino cómo te enfrentas a ello.

    Si imaginamos una fórmula para calcular el valor de las personas, sin duda empezaríamos a sumar: conocimientos, habilidades… y por último hay algo que ya no se suma: la actitud, el factor que multiplica.

    Este texto es inspirador, muy fácil de entender y te recuerda cosas “obvias”, las que a menudo obviamos. Entre estas “obviedades” está el humor como una de las claves imprescindibles para que las cosas funcionen. Víctor me ha sacado más de una sonrisa a lo largo del “viaje” de la lectura, inspirándome para aplicar pequeños y grandes cambios en mi manera de ser y desde esta pequeña ventana me gustaría que vivieras la misma experiencia, para contagiarte la misma buena vibra 🙂

    “Plantar entusiasmo en los demás” es un reto y oportunidad que no deberíamos dejar escapar nunca.

    Este artículo se publicó en Revista Anuncios el 22/05/17 (nº 1553)

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